domingo, 6 de marzo de 2011

Maiz

hace unas semanas el altavoz de la iglesia interrumpio su repertorio musical del domingo para pedir a los vecinos su cooperacion. "Si los hacemos entre todos acabamos mas rápido".

En el atrio de la iglesia encontramos pequeños grupos trabajando juntos, en silencio, meditativamente, botando del maiz los granos picados con una herramienta especial llamada aguja. Nos sentamos entre ellos y pronto nos equiparon y entrenaron para nuestra pequeña pero persistente labor. El tequila hacia sus rondas, tambien el agua de horchata y entre costal y costal conocimos algunos vecinos platicamos de las historias que han sacudido recientemente al barrio.

El señor que tocaba la chirimia y murio atropellado, era el cuñado de Rufina, la vecina que me presto su aguja. Asi van muriendo los viejos, asi se van perdiendo las tradiciones. Y donde estan los jovenes? le preguntamos. "Ya no quieren venir" dijo, con decepción. Y aunque yo le dije que tal vez sea solo una etapa y cuando crezcan quiza se den cuenta de lo importante que es este trabajo comunitario y vengan y ella dijo , "o tal vez, solo se pierda"

Limpiar el maiz es uno de los ultimos pasos del ciclo agricola que cada año completa esta comunidad al desgranar el maiz y venderlo entre los vecinos para reunir fondos para las fiestas.

Dos domingos despues el altavoz se arranco con musica de trio comenzo desde las 6 de la mañana. Me vesti y fui a la iglesia a ver que rayos pasaba y los vecinos estaban tendiendo las lonas en la oscuridad, llego el dia de desgranar, me dijeron y me enseñaron orgullosos las maquinas, "la musica es para que la gente sepa y venga" ah bueno... estaban tan emocionados que ya no les pude pedir que le bajaran.

La buena noticia es que el dia en que se desgrano el maiz llego mucha gente, muchos jovenes participaron, y los mas viejos recordaron aquellos dias en que la vida era mas sencilla y cuando llegaba la hora de barbechar se iban a quedar en la milpa y cazaban cuajilotas y ranas para hacerse una buena sopa. Asi me lo conto Don Genaro Villamil, tiene 8O años y dice que de los de su generacion solo quedan cuatro.

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